“Si aman mucho a Jesucristo, se aplicarán con todo el esmero posible a imprimir su santo amor en el corazón de los niños que educan para ser sus discípulos.” Meditación 102, 2,2.
Esta frase del fundador es realmente retadora para el equipo docente que integramos la pastoral infantil, pintar en el corazón de los niños y niñas a nuestro cargo, el amor de Dios para llevarles a ser sus discípulos. Una tarea demasiado grande, sino es por la fuerza del Espíritu de Dios que es el que mueve nuestro propio corazón y lo llena.
Esfuerzos por llevar esta misión a cabo ha sido por medio de la pascua infantil con todos los niños y niñas que han asistido a la pastoral infantil. Un deseo prevalece en esta actividad: experimentar en la convivencia fraterna y la recreación, la posibilidad de encuentro con Dios en el otro.
El evento se desarrolló el miércoles 27 de marzo, por medio de juegos y a través de las comunidades (equipos) que poseían un color, una bandera y un símbolo propio. Cada actividad tenía un mensaje especial que decirles, de forma que al final pudiéramos hacer un cierre de la actividad, colocando sus conclusiones en una estrella y presentándola en oración a Dios.
Nada más gratificante que ver los rostros de todos los niños y niñas cuando con entusiasmo y alegría realizan y viven el encuentro pascual. Gratificante por un lado porque Pascua es eso, alegría en el Señor; pero por otro, que niños hayan concluido que “aprendieron a ayudar a los demás… que juntos somos más… y que todo se puede lograr con fe” es satisfactorio. En síntesis, esta experiencia de Pascua nos aviva la vocación de trascender las aulas, desafiar los contenidos y sembrar en humanidad en el espíritu cristiano.
Coordinación de Pastoral Nacional – Costa Rica