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La Salle Sin Fronteras, Costa Rica Sin fronteras

País: 
Costa Rica
Miércoles, Octubre 24, 2018
El país más pequeño del Istmo expande sus fronteras, inspirado en el lema que este año ha acompañado el camino Lasallista Distrital: “Lasallistas sin fronteras” y no puede ser más significativo este lema debido al momento especial que está viviendo Costa Rica, al acoger los migrantes, sobre todo hermanos nicaragüenses, que han dejado su patria para buscar mejores opciones de vida en nuestra tierra, en un momento socio-político difícil para su país.
 
Vale recordar, en estas líneas, las palabras del Papa Francisco en su mensaje para la jornada mundial del migrante y del refugiado 2018, “Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia (cf. Mt 25,35.43). A cada ser humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el Señor lo confía al amor maternal de cada uno de nosotros que somos parte de la Iglesia”.
 
Es  nuestra responsabilidad, entonces, como lasallistas acoger con un amor maternal a los migrantes. Por esta razón, la Campaña “Lasallistas sin fronteras” se ha visto impregnada e iluminada por el sentir de una madre que acoge a sus hijos; pero ¿qué significa que una madre acoja a sus hijos? La primera respuesta está en la oración; de ahí que el Colegio La Salle ha orado por los hermanos extranjeros como miembros todos de una misma familia. También ha planificado actividades como las que se realizaron en la semana cívica, mediante las cuales se ha inculcado en los jóvenes el sentir no sólo de una Costa Rica libre e independiente, sino de una Costa Rica generosa y solidaria que no tiene fronteras cuando de amor, de fraternidad, de servicio y de fe se trata.
 
Una Madre también exalta los carismas propios de sus hijos, de ahí que en diversas actividades del Colegio se ha promovido la expresión cultural extranjera, en actividades como el día de los abuelos, el día del libro y la fiesta del Fundador en la que se dio un énfasis especial a la manifestación de la cultura extranjera presente en nuestro Colegio.
 
Así mismo, una Madre vela por las necesidades básicas de sus hijos y eso se hizo evidente en la campaña de ayuda al migrante nicaragüense, por medio de la cual se sensibilizó a la comunidad lasallista sobre la situación que viven nuestros hermanos vecinos, y se creó una alianza con las Hermanas de María Auxiliadora para destinar efectivamente los recursos que el Colegio logró recaudar en las jornadas de recolección de donativos.
 
Expandir las fronteras implica pensar en un NOSOTROS, que desde el carisma cristiano nos lleva a pensar en un Padre Común que nos une como hermanos.  Bien lo expresa la parábola del Hijo Pródigo (c.f. Lc 15), cuando en el relato, el padre reconcilia a los hermanos, nótese como el Padre le hace referencia al hijo mayor que el hijo pródigo no es solo hijo del padre, sino hermano suyo; simplemente un juego de palabras que tiene un contenido axiológico enorme.
 
"El hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano. Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado! Pero él le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado".
 
Ser un lasallista sin fronteras implica, por tanto, reconocer en el otro a mi hermano, rompiendo las fronteras de la xenofobia, del odio, de la discriminación, del egoísmo y abrirse al océano infinito de la misericordia, de la caridad, de la acogida, de la hospitalidad, pero sobre todo de la fe, del servicio y de la fraternidad que nos enseñó nuestro santo Fundador.
 
Finalmente, nuestra campaña no es un momento específico de nuestra historia o caminar lasallista, para los costarricenses, marca un estilo de vida, una vivencia de valores que permanecerán para unir personas, para hacer presente en el mundo de hoy el Evangelio de Cristo.
 
Emmanuel Castro
Coodinador IV ciclo
Secundaria - Colegio La Salle
San José, Costa Rica

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